En la actualidad asistimos a una expansión vertiginosa de las fronteras gracias a la tecnología. Los avances en realidad virtual se han convertido en una especie de difuminador de los límites que atañen no solo al lugar físico donde estamos sino también a los del propio cuerpo que somos. Esta apertura conceptual del mundo contemporáneo ha contribuido a trastornar lo que se entiende por humano, ya sea para relativizar la primacía del hombre renacentista o para superar sus barreras físicas o intelectuales a través de la biotecnología. El nuevo escenario que se vislumbra en un entorno posthumano coincide con el ajuste social que ha permitido crear conciencia acerca de las desigualdades motivadas por diferencias de género, raza o religión. Y aunque ha habido avances significativos aún hay campos como el del sistema del arte contemporáneo, donde la mujer se halla lejos de satisfacer las exigencias de visibilización e igualdad. Estas dos vertientes que configuran el futuro en buena
el arte que nos rodea