Anzo y la crítica del optimismo tecnológico

José Iranzo Almonacid, más conocido como Anzo, fue un artista valenciano con una obra notable surgida en la figuración de los sesenta y encauzada hacia la crítica social que comienza a asomarse en los años finales del franquismo. Su trabajo, principalmente en pintura, se nutre de la iconografía que la tecnología y la informática impregnaban en el nuevo espacio corporativo que irrumpe en la sociedad española durante aquellos años, y en el aislamiento que rodea al hombre en su deriva posmoderna.

Portada de la exposición “Anzo” en el Institut Valencià d’Art Modern-IVAM. Fotos: Maria Leis
Portada de la exposición “Anzo” en el Institut Valencià d’Art Modern-IVAM. Fotos: ML

La modernización española en los sesenta

Desde los años cincuenta comenzó en España una apertura por parte de la dictadura franquista como consecuencia de acuerdos políticos, económicos y culturales con Estados Unidos. En la década siguiente, ya estaba en marcha un proceso de modernización cuyo motor económico se centró particularmente en el fomento del turismo. La llegada de empresas estadounidenses y las mejoras económicas propiciaron el surgimiento de un sector industrial, empresarial y de servicios con características hasta entonces inéditas.

En ese tiempo, las actividades antifranquistas dieron lugar a la creación de grupos como Estampa Popular de Valencia, quienes aprovecharon la apertura del gobierno para filtrar su arte de crítica social. Entre los miembros de aquel colectivo se encontraba José Iranzo Almonacid —conocido como Anzo—, quien desde entonces se sumó al cuestionamiento de las desigualdades que dejaban los cambios económicos y sociales.


Los Aislamientos de Anzo

Estos últimos aspectos, en especial su deriva tecnológica, fueron de gran interés para Anzo (Utiel, 1931-Valencia, 2006), quien mediante un hábil manejo de los recursos figurativos del momento pudo crear una lectura local de la sociedad española en su paso hacia la masificación. 

Despojado de su impronta anglosajona, un cierto influjo del arte pop se hará presente en la obra de Anzo con un sentido pesimista y existencial que contribuirá a definir en 1967 su innovadora serie Aislamientos.

Los Aislamientos colocan en una perspectiva crítica el impacto social de la cibernética y sus mecanismos de control, y revela el surgimiento de un individuo alienado e incomunicado en las redes de una estructura tecnocrática. 

Realizada inicialmente en clave pictórica, pronto la serie hizo uso de una imaginería y materiales poco convencionales entonces como el acero pulido, el metacrilato y los circuitos de ordenadores, los cuales se asocian frecuentemente con el creciente optimismo tecnológico.


Vista de la exposición "Anzo" en el Institut Valencià d’Art Modern-IVAM
Vista de la exposición "Anzo" en el Institut Valencià d’Art Modern-IVAM

El rescate de un artista

El Institut Valencià d’Art Modern revisó en 2017 por primera vez de manera individual una parte de la obra de este artista que en los últimos años había caído en un relativo apartamiento. La muestra titulada “Anzo. Aislamiento” estuvo conformada por obras de mediano y gran formato, entre pinturas, estampas y una escultura, realizadas entre 1967 y 1985. 

El conjunto se acompañó de películas, libros y revistas que ayudaron a contextualizar las indagaciones del artista, así como el debate intelectual acerca del surgimiento de los espacios distópicos que son representados o sugeridos en sus obras.


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