Nacida en 1934, Helena Almeida desarrolló a finales de los años sesenta una propuesta basada en la abstracción geométrica, a la que incorporó nociones del arte conceptual, el performance y la valoración del cuerpo. Estas influencias propiciaron una consideración alternativa de los materiales propios de la pintura, con lo cual los lienzos y bastidores asumieron un carácter protagónico, a modo de pieles y armazones que trastornaron la estabilidad de las formas geométricas y dieron a sus obras la cualidad de lo "habitable".
La sublimación de los medios de la pintura para convertirlos en cuerpos que habitan un espacio real, dio paso en los setenta al aislamiento de la pincelada como unidad mínima de lo pictórico. A partir de allí, a través de un elaborado vaivén entre el espacio ilusorio y el real de la imagen, Almeida construyó un discurso diáfano, poético y esencial acerca del signo visual, la pintura, el autor y la modelo. Este entramado se despliega en una secuencia cinematográfico que gracias a la fotografía manipulada, hace que el juego que propone la artista se extienda hasta una estimulante simulación de lo veraz.
Luego de su paso por Lisboa, Bruselas y París, la exposición "Corpus", de Helena Almeida, que se presenta en el IVAM plantea un recorrido por la fecunda trayectoria de esta artista portuguesa, considerada una de las más importantes de su país. En la muestra se reúnen pinturas, fotografías y vídeos realizados entre la década del sesenta y el presente que brindan una visión muy asequible acerca de la dimensión del aporte de esta creadora al arte contemporáneo. La curaduría a cargo de João Ribas y Marta Almeida organizó la exposición en un sentido cronológico, que a su vez pone de manifiesto la coherencia del pensamiento de la artista, un aspecto que se ve reforzado por la inclusión de los bocetos preparatorios de sus proyectos.
El alcance de la producción de Almeida es sin duda de un gran valor para entender el devenir del arte contemporáneo, sobre todo si se aprecia la desarticulación que ella propone de algunas de las premisas que sostuvieron el arte moderno: la primacía del autor, la separación de medios y disciplinas, el papel menor o pasivo de la mujer como artista o modelo de la obra, la frontera entre ficción y realidad. Esta operación de desmontaje se confirma acertadamente en la contundencia comunicacional de sus imágenes, y sobre todo en esa invitación velada que hace al espectador para que de manera lúdica y crítica se disponga también a una interpretación creativa de lo visual.
“Helena Almeida. Corpus". Institut Valenciá d’Art Modern - IVAM. Guillem de Castro, 118. Valencia, España. Del 16 de febrero al 18 de junio de 2017. Comisarios: João Ribas y Marta Almeida.
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