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Mostrando entradas de mayo, 2017

Xisco Mensua. No Return

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La idea de que los procesos naturales, como la muerte, son irreversibles ya ha sido suficientemente establecida por la física. Sin embargo, la incertidumbre en torno al devenir del tiempo y la volatilidad de la vida nunca se aplaca. Por ello, para tratar de abordar esa "máxima entropía" puede que a veces resulte más provechoso prestar un poco de atención al arte antes que a la termodinámica . El inevitable destino es un tema que no se acaba nunca de comprender y a ello han dedicado sus mejores horas filósofos y poetas. Sin embargo, otros formatos del conocimiento, como el que se vislumbra desde una exposición de arte, podrían ayudar a conducir una especulación que acoja las experiencias vitales del autor y aquellas que las obras puedan estimular en el público. Desde aquí sería dado explorar un camino hacia un esclarecimiento que será inviable como certeza pero fecundo como ejercicio de lo sensible. En el Centre Cultural La Nau, el artista Xisco Mensua (Barcelona,

Joc. Txema Rodríguez y Vinz Feel Free

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Los antecedentes del juego de la pelota se ubican en la Grecia antigua. En el ámbito valenciano es una tradición que se remonta hasta el siglo XIV. Desde entonces, su condición de juego de calle, en que dos o más contrincantes compiten golpeando una pelota con la mano, acarreó inconvenientes debido a las blasfemias proferidas durante las partidas, lo que condujo a su confinamiento a espacios cerrados (trinquetes) que solo podían ser costeados por las clases más pudientes. Un nuevo esplendor de este deporte se produjo a finales del siglo XIX y hasta mediados del XX, motivado en parte por las apuestas y por el aura heroica que rodeó las hazañas de varios jugadores  o pelotaris de esa época. La irrupción de otros deportes de masas, la intensificación de los flujos migratorios y los cambios urbanísticos que desdibujaron la calle como espacio natural de este deporte, hicieron que para la década del sesenta la pelota valenciana cayera en una fase crítica. La llegada de figuras como

Rubén García. Setopo

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Rubén García (Bicorp, 1974) es un artista valenciano que desde mediados de los años noventa está explorando distintos acercamientos a la expresión sonora, centrados principalmente en las cualidades propias del sonido y su potencial como materia prima para la creación artística. Esta búsqueda lo alejó de la tradición de los registros ambientales y lo orientó hacia la manipulación de giradiscos y grabadores de cinta. En “Setopo”, la instalación sonora que presenta en Las Naves, se confirma esta predilección por colectar los fenómenos acústicos del entorno para luego editarlos y procesarlos digitalmente. En esta ocasión, la instalación se presenta como una sala oscura, en la que las referencias espaciales y temporales que solemos construir a través de la visión han sido suprimidas radicalmente. En esa penumbra, que a ratos se interrumpe por el abrir y cerrar de la cortina que da acceso a la obra, el visitante es recibido por una mezcla de sonidos grabados en distintos ambientes de

Arte contemporáneo. Colección Fundación Bancaja. 1984 - 2010

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La sección de arte contemporáneo de la Colección Fundación Bancaja surgió por la motivación de incorporar piezas y autores representativos de la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX. En 2004, bajo el asesoramiento del exdirector del IVAM y el Museo Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, se dio inicio a las adquisiciones a través de ferias de referencia mundial como ARCO y Art Basel. Al día de hoy, este segmento de la colección del centro cultural valenciano está constituido por más de un centenar de obras que superan las dos mil si se cuenta el conjunto de gráficas de Pablo Picasso. Lejos del empuje adquisitivo de aquellos años, la Fundación Bancaja atiende ahora a estos fondos como una manera de mostrar una valiosa faceta del arte de los últimos tiempos según la perspectiva de su colección. La exposición “Art contemporani. Col.lecció Fundació Bancaixa. 1984 - 2010” reúne poco más de cincuenta obras realizadas en las últimas décadas por catorce artistas de renombre intern

Joan Pellicer. La sabiduría de nuestras plantas

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Vistas de la exposición "Joan Pellicer. La sabiduría de nuestras plantas" en el Museu Valencià d'Etnologia. Todas las fotos: arte de cercanías. Joan Pellicer i Bataller nació en Bellreguard (Valencia) el 10 de julio de 1947. En los años ochenta inició un amplio proyecto de investigación sobre la vegetación que lo llevó a documentar los usos tradicionales de las plantas de la región valenciana. Formado como médico, orientó su trabajo hacia el estudio de la botánica y la etnología en las Comarcas Centrales de la Comunidad Valenciana, también conocidas como Diània. Allí, durante más de treinta y cinco años, Pellicer combinó la labor de ciencia con trabajos de campo a los que incorporaba entrevistas que hacía a las personas de las zonas que investigaba. Estos estudios perfilaron una dimensión particular de la medicina popular, a la que se sumaron elementos de la literatura y los mitos locales. Con esta información pudo documentar un amplio y rico contexto cultur

Mar Sáez. Vera y Victoria

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En los esfuerzos del ser humano por construir y defender su identidad, las reivindicaciones alcanzadas por los grupos transgéneros ocupan un lugar de importancia en la historia social contemporánea. A pesar de que aún queda mucho por hacer, la situación actual de estos colectivos en buena parte del mundo occidental se aleja de la clandestinidad, ocultamiento y persecución a la que se vieron sometidos hasta hace relativamente poco tiempo. Prueba de ello es que hoy en día es posible encauzar políticamente una discusión acerca de la complejidad que conlleva el concepto de identidad de género cuando se aborda más allá de la oposición binaria hombre-mujer. En el campo de las artes visuales, la fotografía ha sido un medio muy utilizado para tratar este tema, probablemente por su poder para mostrar de manera inmediata y directa las expectativas y precauciones que indistintamente aparecen entre artista y espectador cuando se abordan realidades tan complejas. Durante los años ochenta

Cómo aprendimos a comer

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Una mirada a lo que comemos puede servir para hacernos una idea del tipo de cultura de la que formamos parte. A  través de la comida y de nuestros modos en la mesa se crean costumbres y ritos que a su vez reafirman roles y relaciones entre los miembros de una sociedad. De allí que sea posible obtener un perfil muy claro de un lugar o de una comunidad con solo revisar lo que comen y la manera de hacerlo. En España, con una gastronomía de fama mundial, este tema resulta de gran importancia. Y ya sea desde su valor como atributo turístico o bien por las bondades de la dieta mediterránea, es difícil no encontrar alguien en estas latitudes que no se interese por la calidad de lo que come. Un programa para aprender a comer Sin embargo, los españoles no siempre han comido bien, y es sobre este tema que trata la exposición “Com aprenguérem a menjar” (Cómo aprendimos a comer) que se presenta en el Palau de Cerveró. De manera puntual, la muestra se concentra en la acción educativa y soc